La recopilación de ensayos que constituye “Otras inquisiciones”, Jorge Luis Borges (1899-1986), titulo publicado por primera vez en 1952, recoge temáticas tan misceláneas como reflexiones sobre la eternidad y el infinito, las paradojas del universo y la refutación del tiempo, el suicidio y la redención, la irrealidad del yo y la lectura cabalista de las Escrituras, los nombres de Dios y la leyenda del primer Buda.
Además, se trata de ensayos de interpretación, crítica literaria y de estilo, sobre autores tan conocidos como Quevedo, Cervantes, Wilde, Chesterton, Wells, Kafka, y otros menos conocidos como William Beckford, Guillermo Enrique Hudson, Edward FitzGerald, John Wilkins, entre otros.
A lo que se agregan meditaciones filosóficas y metafísicas basadas en o acerca de: Pascal, Schopenhauer, Hume, el idealismo o el gnosticismo.
Temáticas historiográficas, políticas y sociales, “de actualidad”, también se encuentran presentes en este volumen, como el nazismo, el individualismo, la liberación de Paris, donde Borges se muestra incansable en su habilidad para relacionar, combinar y sintetizar.
Se trata de una selección variadísima, de textos escritos poco antes y poco después de la década de 1940, mientras Borges estaba publicado a la par sus más reconocidas (y en ese momento, más logradas) recopilaciones de cuentos: “Ficciones” (1944) y “El Aleph” (1949).
Pero el carácter diverso presenta a la vez una profunda unidad. Borges mismo nos entrega algunos de estos elementos de unidad, en el epílogo redactado a mediados del año 52. El autor nos dice que, al corregir las pruebas, ha descubierto “dos tendencias”. Por un lado, la constante de “estimar las ideas religiosas o filosóficas por su valor estético y aun por lo que encierran de singular y de maravilloso”. Y agrega que esto es indicio de un “escepticismo esencial”.
Y por otro lado, señala la tendencia “a presuponer (y a verificar) que el número de fábulas o de metáforas de que es capaz la imaginación de los hombres es limitada, pero que esas contadas inversiones pueden ser todo para todos…”.
Una tercera tendencia puede consistir en considerar “Otras inquisiciones” una obra cuyo principal contenido es la reflexión sobre el “hecho estético”.
No obstante, es un hábito superficial buscar sentidos unívocos, y peor aún, últimos.
El lector queda invitado a descubrir muchas otras tendencias posibles, como el humor y la ironía, la referencialidad al propio autor y su obra, la filosófica y la ética. Como dice el propio Borges: «La literatura no es agotable, por la suficiente y simple razón de que un solo libro no lo es. El libro no es un ente incomunicado: es una relación, es un eje de innumerables relaciones.»
La presente edición esta precedida además del libro de 1925 titulado “Inquisiciones”, su primera recopilación de ensayos, que contiene gran parte de los motivos y ejes centrales de la obra ulterior. Sin embargo, Borges renegó de éste y se negó a hacer una segunda edición. Sin embargo, tiene ensayos igualmente luminosos como el libro de 1952, aunque menos “perfectos”.
El libro puede ser leído gratuitamente desde la Biblioteca Publica Digital: