La ciencia y la investigación parecen campos apartados, donde los científicos experimentan en laboratorios seguros y asépticos. Desde allí la humanidad espera recibir respuestas y soluciones a problemas médicos y tecnológicos, que aliviarán sus dificultades y sufrimientos. Esto nos lleva a percibir el mundo como si se tratara de algo externo a nosotros, que podemos usar y disfrutar eternamente, sin consecuencias mayores.
Sin embargo, Humberto Maturana, destacado biólogo chileno (1928-2021), realizó un trabajo científico que conecta el mundo externo con el ser humano, orientado a comprender de qué manera se integra el ser biológico con la vida en el planeta y con una vida plena, tanto personal como comunitaria.
Así, en lo que Maturana denomina sus “momentos reflexivos fundamentales” piensa acerca de que el hacer biológico es lo que nos permite entender la convivencia como seres humanos. Más adelante, y en su trabajo con Ximena Dávila, cofundadora de Matríztica, una escuela de pensamiento, llega a la idea de que nuestra existencia en armonía psíquica y fisiológica requiere un ámbito de respeto por sí mismo y por los demás para lograr el bienestar de todos. En esta propuesta caben las emociones y el lenguaje como elementos inseparables del devenir humano.
Entonces, la ciencia no solo se trata de lo que sucede en los laboratorios de investigación sino también de ofrecernos una mirada más plena de lo que podemos ser como sociedad. Esto queda de manifiesto en la propuesta que hacen Maturana y Dávila de caminar hacia un modo de vivir más colaborativo, una suerte de revolución con dos armas: la reflexión y la conversación.
La investigación, la labor docente y el pensamiento de Humberto Maturana han quedado registrados en diversas publicaciones, como Nuevos paradigmas en el siglo XXI; Ontología del lenguaje vs biología del amor; La objetividad, un argumento para obligar; Emociones y lenguaje en educación y política; y El sentido de lo humano. Estos títulos se encuentran disponibles en la Biblioteca Pública Digital
Humberto Maturana recibió diversos reconocimientos. Entre ello Doctor honoris causa de la Universidad Libre de Bruselas (1992); el Premio Nacional de Ciencias de Chile (1994); y Doctor honoris causa de la Universidad de Santiago de Chile.
Hoy 6 de mayo, a los 92 años, Humberto Maturana ha terminado su existencia biológica pero sus conocimientos y su esperanza en una sociedad con un sentido de lo humano quedan como legado trascendente de esa existencia.
Fotografía: Duplos
MSH